Según un reciente estudio llevado a cabo por in-Store Media, empresa española líder en estrategias de comunicación en el punto de venta, sobre los hábitos de consumo de los hogares españoles, el 62% de los consumidores toman sus decisiones de compra en el punto de venta. Lo que quiere decir que no existe una decisión planificada. El estudio revela que la mitad de los hogares realiza una compra grande cada semana y diversas compras pequeñas. Pero algunos también realizan compras mensuales en las que invierten una media de 40 minutos y que suelen superar los 50 euros de gasto.
Si la mayor parte de las decisiones se toman ya en el punto de venta, llegamos a la conclusión de que es posible influir en el comportamiento del comprador. Concretamente, el 90% planifican sus compras, pero solamente el producto que quieren comprar. Mientras que el 62% decide la marca del producto ya en la tienda. Además, la mayoría de los consumidores son impulsivos y se dejan influir por descuentos y ofertas y por su estados de ánimo.
Con lo cual las estrategias de marketing llevadas a cabo en el punto de venta deben ser muy visuales y mostrar claramente el producto, la marca y las ventajas para facilitar al consumidor la decisión y convencerle de que está realizando una compra inteligente. De hecho, no se trata solamente de estrategias que puedan llevar acabo solamente las grandes marcas, sino que los pequeños comerciantes también pueden combatir siempre que sepan cómo utilizar las diferentes herramientas que el marketing pone a su disposición. Así pues, la figura del vendedor se convierte en un elemento clave dentro de este proceso.
En la actualidad, casi la mitad de los consumidores se consideran proclives a comprar marcas blancas o del distribuidor, aunque depende mucho del tipo de producto del que estemos hablando. Lo que está claro es que un 62% valora especialmente el trato recibido en el punto de venta y que un buen porcentaje piensa que una de las mejores formas de atraerlos son los descuentos.
No obstante, la guerra de precios puede convertirse en un bucle del que puede resultar difícil salir, por lo que también es importante implementar otro tipo de estrategias que no se enfoquen solamente en el precio, sino también en ofrecer una experiencia de compra positiva al cliente dentro del negocio. Sin duda, la mejor forma de marcar la diferencia con respecto a nuestros competidores.