Aunque en sus orígenes fue diseñada para la defensa y la industria, la realidad aumentada poco a poco ha ido colándose en empresas de muy diversos sectores con el objetivo de captar la atención de los usuarios y ofrecerles experiencias únicas. A través de la superposición de elementos 2D y 3D es posible, por ejemplo, amueblar un piso sin desplazarse hasta la tienda o colocar muebles virtuales en la imagen de las estancias de una casa.
Pero la realidad aumentada también resulta muy interesante para dinamizar los puntos de venta. En primer lugar, porque gracias a esta tecnología podemos guiar al consumidor en la propia tienda e informarle en tiempo real de las promociones cuando se acercan al escaparate o bien a través del boca a boca o de probadores virtuales en la tienda. De hecho, este tipo de recursos puede disparar al afluencia de potenciales clientes al negocio.
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